LA FUNDACIÓN ONCE DEL PERRO GUÍA MANTIENE EL CUIDADO DE SUS CANES Y RECUERDA QUE NO TRANSMITEN EL CORONAVIRUS

Mujer con dos cachorros

La Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) continúa con su labor de cuidado de sus canes con el objetivo de mantener el bienestar y la atención que sus perros necesitan y se merecen, tanto los que se encuentran en sus dependencias, como aquéllos que están acogidos en los hogares de las familias educadoras de cachorros o cuidadoras de los ejemplares reproductores. Cristina Ruiz, instructora de la FOPG, explica que la situación excepcional que vivimos está obligando a los profesionales a reinvertarse a la hora de seguir con la instrucción y adiestramiento de los perros.

Por otro lado, tanto Daniel Díaz como Elena Molina, cuidadores de perreras de la FOPG, nos hacen llegar cómo está siendo su trabajo diario y la atención a estos perros, desde los más pequeños hasta los jubilados, como nos explica Álvaro Cervantes, ciudador de estos veteranos.

Respecto a que estos perros u otros puedan contagiar el coronavirus, la FOPG recuerda que el Colegio de Veterinarios de Madrid y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense han hecho publico que “es importante dejar claro que, a día de hoy, no hay evidencia científica de que los animales domésticos padezcan ni transmitan el COVID-19”.

Por ello, destaca que se puede tener perros en casa y seguir las recomendaciones de las autoridades, sin dejar de lado su atención y garantizándoles su bienestar. Los perros no tienen la necesidad obligada de estar todo el día al aire libre, por lo que, en la coyuntura actual, tenemos que reducir drásticamente las salidas a la calle, limitándolas prácticamente a que hagan sus deposiciones y darles un paseo corto de 5-10 minutos; siempre con correa, sin acercarse a otros perros ni a sus propietarios.

Es importante tener presente que, dadas las circunstancias actuales, el personal disponible en clínicas y hospitales veterinarios se ha reducido drásticamente, por lo que, si un perro precisase de una atención urgente, a causa de un accidente, un contacto con procesionaria, una fractura, etc. será más compleja su atención especializada. En el caso de nuestros perros, el hospital de la FOPG sigue funcionando para prestar asistencia sanitaria a todos sus canes en estos momentos, como explica una de sus veterinarias.

Pero en general, y para todas las personas que conviven con perros en sus hogares, durante estos días simplemente hay que mantener unas sencillas medidas y actuar con responsabilidad para superar esta crisis sin dejar de atender a nuestros animales.

DIRECTRICES PARA USUARIOS DE PERROS GUÍA DURANTE EL ESTADO DE ALARMA

La situación excepcional que estamos viviendo por el confinamiento generado por el estado de alarma provocado por el Coronavirus, nos obliga a adoptar cambios en las rutinas de trabajo y convivencia con nuestros perros. Además, esta circunstancia nos genera un estado anímico fuera de lo habitual que puede ser trasmitido a ellos.

Con el ánimo de ayudar a sobrellevar de la mejor manera posible esta situación, y retomar los estándares de trabajo una vez vuelva la normalidad, os indicamos una serie de directrices básicas que pueden veniros bien:

Teniendo en cuenta las limitaciones en la movilidad, es probable un incremento en el peso de los perros. Ajustar las tomas puede ser una medida conveniente. Es el momento de vigilar los premios extras y chucherías que se les pueden dar, tanto vosotros como otros miembros de la familia.

Siempre ajustándoos al cumplimiento de las normas dictadas por el Gobierno, debéis realizar pequeñas rutas de trabajo con arnés. Aprovechad recorridos habituales (farmacia, panadería, quioscos, etc.).

En el caso de que os aborde la autoridad competente, transmitidle que vuestro perro es vuestro auxiliar de movilidad y que necesitáis de su asistencia para realizar de forma segura los desplazamientos justificados. Dentro de casa, aprovechad los largos periodos de tiempo para mantener a vuestro perro activo física y mentalmente. Realizad ejercicios de obediencia básica, facilitadle juguetes y elementos para roer/morder (huesos de colágeno, kong, etc.), interactuad y jugad con él.

Convertid la sesión de cepillado en una oportunidad excepcional para compartir más tiempo con vuestro perro.

En la medida de lo posible, es conveniente que seáis vosotros mismos quienes saquéis al perro a hacer sus necesidades, al margen de que en algún momento lo sacara otro miembro de la familia.

Cuando el estado de alarma termine, debemos de asumir que el estándar de trabajo del perro probablemente se haya visto afectado. Conductas como el aumento de la tensión y velocidad, el uso del olfato, las distracciones hacia otros perros... tiene su origen en el estrés acumulado por la inactividad.

Mantener una actitud calmada y comprensiva a la hora de retomar rutinas facilitará la vuelta a la normalidad. En las primeras semanas deberéis retomar recorridos más sencillos y conocidos e ir incrementando de forma progresiva la dificultad de los mismos.

En definitiva, este forzoso confinamiento les afectará más incluso que a nosotros mismos. Pero no nos cabe la menor duda de que, desde vuestra experiencia y con nuestro asesoramiento, vuestros compañeros volverán a sus conductas habituales.