La razón de ser de Unidad Progresista

Mesa con los miembros de la Secretaría General de UP durante el XI Congreso de UP

 

Unidad Progresista es una Asociación pluralista, participativa, democrática y solidaria, que nace en 1985 y que recoge en su seno a todos aquellos afiliados a la ONCE que creen en el progreso, en la solidaridad y en la integración de los discapacitados en la sociedad. En estos momentos, somos más de 40.000 personas asociadas y simpatizantes las que defendemos el proyecto de UP que respeta el pluralismo como fuente de opinión necesaria en un grupo que lucha cada día por la superación y la búsqueda de soluciones a los problemas inherentes a la ceguera, por lo que creemos en una ONCE cuya principal prioridad reside en la prestación de servicios especializados para la autonomía personal, formación e integración de los ciegos y, en la medida de nuestras posibilidades, del resto de discapacitados. Creemos firmemente en la necesaria unidad del colectivo de las personas ciegas y en su capacidad para el autogobierno de nuestra Institución. Creemos, igualmente, en la necesidad de que todas las personas ciegas conozcan mejor las actividades desarrolladas por la ONCE y su Fundación, y, en la medida de sus intereses y posibilidades, participen activamente en ellas.

Imagen del patio de butacas con todos los participantes en el XI Congreso de UP

 

Unidad Progresista pretende que la ONCE en su conjunto y el sector de la discapacidad se integren, de forma activa, en el nuevo contexto que nos depara la situación sociopolítica de España, el nuevo entorno europeo, el mercado competitivo y la defensa de las políticas sociales. Queremos contribuir a crear una sociedad accesible e integradora para todos los ciudadanos, con independencia de sus capacidades físicas, psíquicas o sensoriales.

UP se caracteriza por una rica base social que se enriquece después del VII Congreso con la incorporación de la figura del simpatizante, a través de la que se regula adecuadamente la participación de compañeros y compañeras que comparten el proyecto progresista y que cumplen un papel importante en la vida de UP.

Un pasado, un presente y un futuro

Foto chico escribiendo en un ordenador. Al fondo un globo

Nueva imagen misma identidad

Ni los inicios suelen ser fáciles, ni las cosas importantes surgen de la nada. Mientras la sociedad española recuperaba la senda democrática, allá por la segunda mitad de los setenta, muchos hombres y mujeres de la ONCE ponían en riesgo casi todo lo que tenían por apostar por una institución moderna, plural y participativa, donde fuese la voluntad mayoritaria de sus afiliados la que la gobernase. En aquellos incipientes, pero entusiastas, movimientos sindicales y en CUC y SPIO, grupos progresistas que vieron su sueño cumplido de poder presentarse en 1982 a las elecciones de una ONCE democrática, se encontraba el germen de UP.

Sería el imparable fortalecimiento de los grupos sindicales, que darían lugar a la creación de CEAC (posteriormente UTO), y del convencimiento de CUC y SPIO de que sólo la unidad de los progresistas haría posible el desarrollo y la estabilidad de la ONCE, los que en 1985 lograrían que un grupo de afiliados que creía en la cohesión de los ciegos bajo un signo innovador decidieran constituir una asociación denominada UP, Unidad Progresista. Dicho grupo de afiliados no era superior a 300; sin embargo, los planteamientos filosóficos e ideológicos aprobados en su primer Congreso siguen prevaleciendo hoy como planteamientos irrenunciables de los ciegos.

UP representa y defiende los derechos de los distintos sectores de sus asociados, teniendo como base de su filosofía la búsqueda del bien común por encima del interés individual.

El primer presidente del Grupo fue Antonio Vicente Mosquete, luchador incansable por la democracia en la ONCE. Tras su muerte en 1987, Mario Loreto Sanz Robles, otro de los pioneros del aperturismo en nuestra Institución, fue designado para dirigir los destinos del Grupo.

Unidad Progresista ha crecido de manera espectacular. En su Congreso Constituyente, la militancia era aproximadamente de 300 socios. En el II Congreso, celebrado en 1987, se alcanzó la cifra de 800, y es, a partir de este momento, cuando se produce un fenómeno social difícilmente repetible. El proyecto de UP empieza a calar de forma irreversible y se produce una afiliación masiva que nos lleva de 5.000 socios en el III Congreso de 1990, a más de 11.000 en el IV Congreso de 1994 y a más de 31.000 en la actualidad. Cuando se ven estas cifras, puede dar la impresión de que este tiempo ha transcurrido sin problemas, y que quizás eso ha propiciado la consolidación de UP como grupo hegemónico en la ONCE. Por todo lo reseñado, sólo puede decirse que la "U" de Unidad en UP, es una realidad fácilmente comprobable, puesto que, aunque las dificultades han sido de gran importancia, nunca han puesto en peligro la unidad del Grupo.

En aquella ONCE del 85 la facturación alcanzaba alrededor de 781.315.735,70 € (130.000 millones de pts.), los servicios prácticamente no existían, las salidas laborales para los afiliados disminuían y la capacidad de los ciegos estaba en entredicho. Afortunadamente, todo esto ha cambiado de forma radical. Hoy, la facturación del Grupo ONCE está alrededor de 3.029,4 millones de euros, los afiliados disponen de unos servicios sociales modernos y eficaces que nos sitúan como Institución líder en el mundo y la integración social en todos sus aspectos es una realidad palpable. Hace quince años la ONCE era una Institución encerrada en sí misma. Hoy, gracias al esfuerzo de los hombres y mujeres de UP, es una Institución abierta a su tiempo y a su entorno, habiendo sido capaz de apostar por la diversificación económica a través de su Corporación Empresarial y, sobre todo, ocupando en el sector de discapacitados el lugar que le corresponde a través de su Fundación ONCE.

Muchos han sido los retos afrontados y muchas las dificultades superadas, pero no por ello el futuro se presenta expedito de unos y otras. Sin embargo, la firmeza ideológica de Unidad Progresista, la defensa de los principios de unidad, identidad, apertura y solidaridad, la capacidad de adaptación a las nuevas necesidades y el empuje con ilusión de sus socios, son garantes de un porvenir de estabilidad y progreso en la ONCE.

Planteamientos filosóficos e ideológicos

  • La unidad de la ONCE en todo el Estado Español para defender con más fuerza los problemas que afecten a los ciegos.
  • La defensa, como fin primordial, de la prestación de servicios de la ONCE a sus afiliados, el mantenimiento de un estatus económico digno, así como luchar por la eliminación de cuantas barreras legales, sociales y materiales se opongan a la progresiva integración social y laboral de los ciegos.
  • Una ONCE de ciegos y para ciegos, preservando, de esta forma, la identidad institucional.
  • La potenciación de los Consejos Territoriales y General de la ONCE, como órganos democráticos elegidos libremente por los afiliados, que garanticen la democracia.
  • La permanente reivindicación para la ONCE, respecto de la Administración del Estado y de cualquier otro tipo de instituciones, de la autonomía necesaria para el cumplimiento de sus fines sin perder su carácter público.